Jerry Yang, que según ha declarado no tiene especial querencia a la independencia de la empresa que él mismo fundó, tardó pocas horas en reprochar a Google su decisión y en ponerse de nuevo en el mercado. ¿Y quién mejor que el antiguo pretendiente? Para el consejero delegado de Yahoo la mejor opción es Microsoft, aunque siempre que pague un precio justo por los activos del segundo mayor buscador del mundo.



En vista de que el cortejo no tenía visos de consumarse, Microsoft retiró su oferta. Apenas un mes después, los dos buscadores anunciaban un acuerdo publicitario que no era muy del gusto de los organismos de la competencia de Estados Unidos. Tras varias reuniones y rebajas en sus pretensiones, Google decidió ayer mismo renunciar para no enfrentarse a socios, agencias estatales, anunciantes y usuarios.